Psicología y psicoterapias cognitivas. Psicología positiva. Autoayuda. Investigaciones. Opinión. Neurociencias.

La relación terapeutica en las psicoterapias cognitivas posmodernas

| 27/12/08
Como afirma Rosenau (1992) el lector posmoderno es un actor-receptor, un obervador-participante y un participante-observador, todo a la vez. Empleando esta metáfora, el autor-terapeuta disminuye su importancia y el lector, el cliente, adopta en las terapias construccionistas y narrativas un papel más relevante.

La sociedad posmoderna socava la noción modernista de autoridad y la hace llegar al campo terapéutico. Esto se concreta en terapia al adoptar un estilo terapéutico donde hay una gran colaboración entre paciente y terapeuta, se trabaja mucho con las narrativas y las historias, y se busca el desarrollo de significados y descripciones alternativas (Biever, de las Fuentes, Cashion y Fraklin, 1998) Y se concreta, además, en una redefinición de roles terapéuticos.

En las terapias posmodernas cambia el papel del terapeuta y del cliente. "A causa de su postura superior, el papel del autor moderno está en educar, en instaurar valores morales o en ilustrar al lector, al que no se tiene en tal alta consideración" (Rosenau, 1992). En su lugar, el terapeuta posmoderno pasa a ser un intérprete que no realiza verdades universales y no prescribe nada (Rosenau, op. cit.) Las terapias cognitivas posmodernas dan primacia al cliente-lector, que recibe ayuda a través de las técnicas terapéuticas para convertirse en quien da el significado al texto. Tal y como plantean Neimeyer y Feixas (1997), terapeuta y cliente son expertos por igual, aunque cada uno de sus respectivos dominios, mientras que la meta de la terapia está en buscar conjuntamente, y no de forma maestro-alumno, cambios en los sistemas de significado personal.

Dado que estos modelos no asumen la existencia de una realidad objetiva, externa a nosotros, ni que la podamos conocer de forma precisa o válida, el papel del terapeuta pasa de ser el de un guía en búsqueda de la validación del conocimiento, a ser el de un acompañamiento en el proceso de descubrimiento de formas más funcionales/viables de conocer. Si cuando conocemos construimos, se nos dice, la validez de este conocimiento no es un criterio que se pueda esgrimir y el terapeuta debe modificar su papel frente al cliente. Se pasa, entonces, de una relación dialéctica dominada por el terapeuta a otra caracterizada por un balance epistemológico entre terapeuta y cliente (Joyce-Moniz, 1985).

Material consultado:
La evolución cultural de las psicoterapias cognitivas: el largo y sinuoso camino. Caro Gabalda, I. En "Psicoterapias cognitivas. Evaluación y comparaciones", Isabel Caro Gabalda (comp). Cap. 1., pág. 36-37. Paidós, Barcelona, 2003.

0 comentarios: