Psicología y psicoterapias cognitivas. Psicología positiva. Autoayuda. Investigaciones. Opinión. Neurociencias.

Introducción al asesoramiento y la orientación filosófica

| 18/9/08
Resumen: La orientación y asesoramiento filosófico es un campo de aplicación emergente de la filosofía que hace uso de la historia de la misma para mejorar la vida de las personas a través del diálogo con un orientador. Hay una superposición casi total de pertinencias profesionales con la psicología, la cual es acompañada por una visión negativa con el objetivo de deslegitimarla. Existen similitudes metodológicas entre ambas en la línea de la orientación racional. La novedad (y exclusividad) de este campo es aportada por la línea de trabajo denominada “filosofía como camino de vida”.

Problema. Estado de la cuestión.
Se intenta abordar la singularidad del fenómeno que titula el trabajo. Cabe destacar la falta de material disponible acerca del tema debido a su carácter novedoso. Recién en el año 1996 se celebró el primer congreso internacional de filosofía aplicada. En el año 2006 en Sevilla se produjo el primer congreso hispanoparlante (octavo de orden internacional), recientemente en el mes de julio (del 16 al 19) del corriente año han realizado en la ciudad de Carloforte, Italia el noveno congreso internacional.

Objetivo general: Describir de forma general las principales características de la orientación y asesoramiento filosófico.
Objetivos específicos: Describir la relación de este campo con la psicología (similitudes y diferencias). Rastrear las principales líneas filosóficas que influyen en la práctica de orientación. Detectar las líneas de trabajo en la orientación filosófica y describirlas someramente.

Nota: Debido a la novedad que implica este fenómeno es que el presente artículo es sólo una breve reseña de un emergente campo disciplinar cuyo material fue provisto principalmente por el libro de José Barrientos Rastrojo de título homónimo al del trabajo, así como de los sitios de internet personales de los principales representantes de la orientación y asesoramiento filosófico que este autor analiza.

Desarrollo:
1.- Introducción:
Una concisa definición de la actividad la provee Peter Raabe: la orientación y asesoramiento filosófico (de aquí en más OAF) consiste en “un diálogo de colaboración creativo entre dos individuos -uno (el orientador) que se ha entrenado en la historia y la práctica de la filosofía- y otro (el cliente) que desea trabajar para mejorar su propia vida”.

Se trata de un campo disciplinar reciente -data del último tercio del siglo pasado- que adscribe a una versión socrática-helénica de la filosofía, es decir, una filosofía que habría tenido su edad de oro en el mundo antiguo en el cual era considerada una terapia del alma. Luego habrían sobrevenido etapas más oscuras en que la filosofía fue cortesana de la religión y más recientemente (a partir de Descartes) se ocupó de construir palacios de complejidad teórica y “juegos de mente” analíticos. En suma, se alejó de su origen y objetivo originales: su aplicación en la vida cotidiana, su relación con la sabiduría. La filosofía como arte de vivir la vida. Esta versión de la filosofía (que destaca la sabiduría) está más relacionada con la comprensión existencial, con sentir la vida y se opone a una versión más académica, intelectualista (que se ocupa exclusivamente de cuestiones abstractas, es tremendamente erudita y está alejada del marco general de la vida cotidiana).

El modelo de la versión de la filosofía como arte de vivir la vida es Sócrates, de quien se destaca que “(...) lejos de crear teorías o escribir, animaba a sus ciudadanos a examinar sus propias existencias. Extraer la verdad contenida desde la, maltraída históricamente, doxa de sus conciudadanos.” Además su mayéutica (o diálogo socrático) es una de las herramientas más importantes de los orientadores filosóficos a la hora de trabajar con sus clientes.

2.- Relaciones con la Psicología
Sus pretensiones en torno a la psicología son amplias: tratan dilemas existenciales, adicciones de todo tipo, pacientes de enfermedades terminales, suicidas en potencia, pacientes con sintomatologías definidas según los patrones del DSM, presos, depresión, etc. Incluso uno de ellos (Lou Marinoff) ha conseguido el aval legal para continuar su trabajo con suicidas potenciales en la ciudad de New York, EEUU, lo cual sienta un importante precedente. El resultado es una superposición casi total con los ámbitos de aplicación y pertinencias profesionales de los psicólogos.

La OAF se hace eco de la corriente antipsiquiatrica y emprende una dura crítica a la psicología. Para la OAF el cliente no puede ser clasificado y por ende se aleja de las categorías básicas del modelo médico: salud o enfermedad. La psicología sería una disciplina al servicio del poder. El diagnóstico es estigmatizador. La enfermedad mental aparece como elemento de coacción y normalización. No habría casos clínicos sino personas con su personal forma de entender la vida. Schlomit Schuster parece resumir la ubicación diferencial de la OAF con respecto a la psicología de la siguiente manera: la OAF no es una terapia alternativa, sino una alternativa a las terapias. Aseguran que cada individuo humano es único y es imposible reducir su vida a una aplicación particular de una teoría general (por más compleja y amplia que esta sea).

Lou Marinoff autor de Más Platón y menos Prozac, posee una postura que colabora de forma clara en la división de aguas entre psicología y OAF. Para él, existen malestares (de carácter filosófico) y trastornos (de carácter psíquico). Normalmente se trata a los malestares como si fueran trastornos, pero sólo una pequeña porción de aquellos evolucionan hacia un estadio que permite identificarlos como trastornos. La OAF, sería así, una terapia para sanos. Si bien no hay acuerdo entre los orientadores a la hora de determinar si la OAF se trata o no de una terapia, la distinción de Marinoff es bastante útil para observar la posición estratégica que toma la OAF en relación a la psicología. Se trata del pasaje de una percepción del sufrimiento mental humano de un modelo anticuado basado en la enfermedad a uno existencial y filosófico.

3.- Las dos lineas de trabajo de la OAF
Ambas pueden darse en sucesión en cualquier orden o en forma independiente una de la otra.

3.1.- Orientación racional.
En esta línea el final del trabajo filosófico se da con la resolución del conflicto o problema motivo de la consulta inicial. Consta de dos fases fundamentales.

La primera es la deconstrucción del problema, para el cuál se utilizan diálogos socráticos y se propende a la transmisión de habilidades de pensamiento crítico. Se analizan posibles falacias argumentales en el discurso del cliente, así como también asunciones que subyacen a los argumentos, inconsistencias (o disfuncionalidades) en el sistema de creencias o valores, pensamientos automáticos, etc. En suma, un análisis lógico de los conflictos, su elucidación racional. Se trata entonces con razones, argumentos, creencias y valores, no con síntomas, síndromes ni diagnósticos. El pensamiento crítico además colabora en el desarrollo de emociones acorde a la situación.

La propuesta y decisión echa mano de las habilidades de pensamiento creativo y de decisión. Se aplica principalmente a dos tipos generales de problemática, el dilema ético (en el cual hay varias opciones y se debe decidir un curso de acción) y conflictos que conocen su fin gracias a la emergencia de un nuevo sistema de creencias y/o valores, posibilitando así la salida de una situación dolorosa permitiendo que la vida valga la pena ser vivida nuevamente. Un ejemplo de método que permite la salida de un dilema ético pertenece a Lou Marinoff y asegura que la opción elegida sea la mejor disponible (pero no su éxito), de esta manera pase lo que pase, el cliente no tendrá nada que echarse en cara en caso de fracasar. Por el lado del conflicto soluble a través del reordenamiento del sistema de creencias y/o valores tenemos como ejemplo el método RSVP (Protocolo de Valores Subjetivos Refinados) de selección de valores de Tim LeBon. El mismo permite generar una lista de valores para dotar de sentido a nuestra vida. Se trata del don de forjar la poiesis de nuevas realidades desde la planicie de la realidad angostada, posibilidades novedosas que ayudarán a abrirse más allá del problema. Cuando el cliente llega a la consulta cree que su visión de la realidad es la única posible (se encuentra encarcelado en la misma). El filósofo ha de ayudarle a abrirse a otras, a comprender la complejidad de la vida.

3.2.- La filosofía como camino de vida.
En esta línea de trabajo no hay final preestablecido. Nos impulsa al enriquecimiento personal sin descanso. En la primer línea primaba la razón. La orientación racional es una línea de trabajo compartida con la psicología: similar a lo que se realiza en las terapias cognitiva-constructivista e incluso algunas existencialistas. En esta segunda línea primará el espíritu y es un camino exclusivo de la filosofía (sus pretensiones exceden a las de la psicología). La OAF aparece aquí como una actividad artística, que dotara al cliente de las herramientas necesarias para que este convierta su vida en una obra de arte. El ideal lo constituye el sabio heleno, que con su flexibilidad es capaz de modificar según lo requiera la situación las propias convicciones y puntos de vista. La filosofía daría la virtud. Una vida filosófica es una vida examinada en la cual nos hacemos conscientes de quienes somos y lo que hacemos, comprendemos lo que nos rodea y nos proponemos alcanzar un máximo de autonomía personal para poder ser más poderosos que cualquier creencia que podamos mantener. Nos ayuda a hacernos cargo de nosotros mismos. Ran Lahav resume la búsqueda de la sabiduría en tres características: amplitud (disponer de un espectro amplio de perspectivas), profundidad (ser consciente de verdades que subyacen a la superficie de la vida y lenguaje) y crítica (supone un constante cuestionamiento de lo que se muestra). Se desborda la capacidad de actuación de la psicología. Es un ascenso espiritual. Una fase de trascendencia de los problemas, presupone una concepción estética de la vida; la palabra clave es belleza (al convertir la vida en una obra de arte). El sabio además de ser sabio es feliz, o mejor aún, es feliz porque es sabio. Nos da el placer silencioso de ser nosotros mismos. Si hay alguna regla en la dirección del sabio sería esta: vivir de modo en que podamos mostrar la propia vida a todos. Schlomit Schuster lo resume magistralmente: “Como Descartes podría haber escrito: 'Yo pienso luego yo me encuentro bien' ”.

Los criterios de éxito de la consulta son la felicidad (y el no sufrimiento) y la razonabilidad (y autenticidad). La felicidad es lo que persigue todo hombre desde que nace, es lo que desea el cliente que va a entrar en la consulta (eso y la ausencia de sufrimiento o malestares que lo corroen). La razonabilidad apunta a una razón abierta por la poiesis a lo dado y lo que está por darse. Por lo que no sólo se irán modificando sus contenidos sino el propio criterio para dictaminar si algo ha de estar dentro de ella o no. Se integra en la razonabilidad todas aquellas habilidades y técnicas de pensamiento crítico y creativo que puedan resultar útiles para estos objetivos. Se aboga por una postura “personal” y “de interés particular”. En conclusión, el resultado global es una vida razonablemente feliz, abierta ante la novedad con ilusión y plena de sentido debido a esta no clausura de la misma. En todos los casos el filósofo se adaptará al cliente y a las sendas de su pensamiento.

4.- Los usos de la filosofía por parte de la OAF
Son varios. Schlomit Schuster desarrolla el psicoanálisis filosófico, un género de ficción autobiográfico en el que se intenta recuperar la manera de vivir y pensar de los grandes nombres de la filosofía. A la manera de las vidas de los santos para la iglesia católica, se trata de relatos de hombres ejemplares con la esperanza de inspirar a la humanidad a vivir una mejor vida.

También hay un uso al servicio de la legitimación de la filosofía a partir del descrédito de la psicología. Los autores utilizados (agrupados por el autor en la corriente antipsiquiátrica) son principalmente dos. Por un lado, el Thomas Szasz de El mito de la enfermedad mental y el Michel Foucault de Historia de la locura y Enfermedad mental y personalidad. Las conclusiones extraidas de estos autores se han vertido anteriormente en el segundo apartado del presente desarrollo.

Los autores más utilizados pertenecen a la escuela estóica: Marco Aurelio, Séneca, Epícteto, etc. Autores que les permiten subrayar la utilidad práctica de la filosofía. Filósofos que pensaron el dolor y configuraron formas de enfrentar al sufrimiento a través de un elemento liberador: la razón. La premisa básica es que los pensamientos y creencias controlan los sentimientos. Aunque muchas veces esto es ampliado por algunos autores, por ejemplo por Roxana Kreimer que piensa que los sentimientos también pueden influir en la esfera racional.

Se ha relacionado fuertemente además con tres corrientes filosóficas que aportan elementos para el trabajo en la consulta: fenomenología, hermenéutica y teoría crítica. La fenomenología se atiene a lo que trae el cliente en el aquí y ahora. El texto de la hermenéutica en la orientación filosófica es el cliente y supone una constante reinterpretación de la existencia, incluido seguir buscando soluciones a los problemas que se han resuelto para mejorarlas. La teoría crítica colabora no sólo para que el cliente sea crítico consigo mismo y la realidad, sino en tanto que sirve para establecer pautas de diálogo fructífero (en este sentido se sirven por ejemplo de la obra clásica de Habermas la Teoría de la Acción Comunicativa).

Otra figura central de la que se sirven, pertenece a la psicología. Tim LeBon hace un interesante aporte al definir a la OAF como “el matrimonio exitoso entre el rigor socrático y el humanismo rogeriano”. Para LeBon Sócrates adolece de tres elementos que son centrales para la OAF: a)Autenticidad: Sócrates usa la ironía y esconde informaciones que conoce o intenciones en sus discursos. b)Empatía: Sócrates no está interesado en los sentimientos de la otra persona, sino en el concepto. No se pone en su piel. c)Respeto a la persona: Sócrates no respeta sino a la virtud y al concepto por encima de la persona. De esta manera LeBon nos entrega una versión menos romantizada del maestro de Platón al mismo tiempo que reconoce el valioso aporte de un autor ajeno a la filosofía. No por casualidad es que Tim LeBon es el autor más relacionado con las psicoterapias (sobretodo cognitivas) y el que propone los intercambios más interesantes entre ambas disciplinas.

Conclusión
La orientación filosófica parece ser un campo propicio para el enriquecimiento interdisciplinario, siempre y cuando prevalezcan autores que propendan al diálogo e intercambio y no a la demonización de la ciencia psicológica. La OAF y la psicología pueden verse beneficiadas de los problemas y aciertos que se vayan describiendo de parte de ambas disciplinas ya que comparten gran cantidad de ámbitos de aplicación y pertinencias profesionales. Sería también interesante un estudio pormenorizado de las líneas más importantes de la OAF. Además es necesario instalar algunos temas polémicos para nuestra disciplina que son aceptados por gran parte de los orientadores filosóficos como lo es la utilización de biblioterapia (libros de autoayuda) como una herramienta más para mejorar la calidad de vida de los pacientes/orientados.

Bibliografía
Rastrojo Barrientos, José (2005) Introducción al asesoramiento y la orientación filosófica, Santa Cruz de Tenerife, Ediciones Idea.
Caro Gabalda, Isabel (compiladora) (1997) Manual de psicoterapias cognitivas, Barcelona, Paidos.